BIOMEDICINA

Perros y humanos, unidos por el cáncer

Los perros desarrollan los mismos tipos de tumores que las personas.
Perros y humanos, unidos por el cáncer
La Bulldog francés llamada Wilma ha sido sometida a dos cirugías por un tumor cerebral. Hospital AÚNA

Cuando Pedro acudió a la consulta de su veterinario el pasado mes de enero con Rudolf, su San Bernardo de siete años, no podía esperar peor diagnóstico. El pequeño bulto del tamaño de una moneda de un euro que había aparecido en su pata delantera izquierda resultó ser un osteosarcoma, el tumor primario óseo sólido más frecuente en niños y adolescentes humanos, pero también en razas de perro grandes.

El animal, que suele pesar 80 kilos, fue operado en los días posteriores para extraer la parte del cúbito afectada por el tumor maligno y afianzar el hueso con una placa de titanio con 14 tornillos. Además de la cirugía, se le administró un tratamiento de quimioterapia vía intravenosa y oral, propio de la medicina humana, que en general toleran bien los animales y que no les provoca efectos secundarios.

Pero una infección por la bacteria E. coli en la pata enferma y una nueva operación han puesto en jaque su estado de salud y el tumor ha vuelto a brotar. Aunque los veterinarios recomiendan la amputación, su dueño prefiere mantener el tratamiento llevado hasta ahora: “Mi perro morirá siendo un San Bernardo”, zanja a las puertas del Hospital Clínico Veterinario de la Universidad Alfonso X El Sabio en Villanueva de la Cañada (Madrid).

Como Rudolf, la cifra de perros tratados con cáncer va en aumento en España gracias a la mejora de las técnicas de diagnóstico. En el hospital donde es atendido, cada semana entre 30 y 50 canes con cáncer acuden a la consulta de oncología. En EE UU, cada año cerca de seis millones de perros –de los 65 millones que viven en el país– desarrollan un cáncer de manera natural. 

Más parecidos de lo que se creía 

El gran número de perros con cáncer es justamente uno de los factores que han permitido el desarrollo de la oncología comparada, una disciplina que incluye a las mascotas enfermas como modelos de estudio para investigar el cáncer en humanos. Otro de los aspectos que más influyen es que los canes comparten más de 350 enfermedades con los humanos, desde la displasia de cadera –que sufren las grandes razas como los pastores alemanes– hasta el linfoma –el cáncer más común en perros–. 

Los mejores amigos del hombre desarrollan más tumores a medida que envejecen, como ocurre con las personas. El tamaño, así como la velocidad de crecimiento de las masas malignas es similar en ambas especies. Además, la edad, la nutrición, el sexo, el estado reproductor y las exposiciones ambientales son detonantes en una y otra especie de esta enfermedad.

“Los cánceres que ocurren de manera natural tanto en perros como en humanos comparten muchas características, incluida la apariencia histológica, la genética del tumor, los objetivos moleculares, los comportamientos biológicos y la respuesta a terapias convencionales y novedosas contra el cáncer”, subraya Leblanc.

Por esta razón, incluir a los perros con cáncer en ensayos clínicos permitirá “acelerar el desarrollo de fármacos para humanos y perros”, indica la investigadora en la revista Science Translational Medicine, para quien ambas especies también comparten patrones de respuesta al cáncer o resistencia a terapias convencionales similares, así como la metástasis en lugares dispares y la recurrencia de la enfermedad.

Hasta ahora, las terapias contra el cáncer se habían desarrollado en estudios de laboratorio, en modelos de ratón y en ensayos clínicos humanos. Pero contrariamente a los ratones, “los perros comparten con los humanos medio ambiente, misma exposición a carcinógenos, son inmunocompetentes, y desarrollan cáncer de forma espontánea (no hay que pinchárselo)”, explica a Sinc Juan Francisco Borrego Masso, veterinario oncólogo.

Además, la reciente creación de razas caninas también ha contribuido a simplificar el mapa genético canino de enfermedades respecto al humano. Estudiar su genoma  es “útil y un medio muy poco utilizado para entender las enfermedades genéticas desde la perspectiva humana”, señala Adam Boyko, investigador en el Cornell’s College de Medicina Veterinaria (EE UU), y uno de los autores de un estudio, publicado en Nature Communications, que ha realizado el mayor mapa genético canino. 

Perros y humanos, unidos por el cáncer