El glaucoma es una de las principales causas de pérdida de visión, una enfermedad crónica que, si no se trata adecuadamente, puede provocar daños irreversibles en el nervio óptico y reducción progresiva del campo visual. En la mayoría de los casos, el tratamiento se basa en el uso de colirios para reducir la presión intraocular o, alternativamente, en tratamientos con láser. Sin embargo, cuando estas opciones no logran controlar la progresión de la enfermedad, la cirugía es necesaria. Este camino terapéutico, ya de por sí complejo, puede complicarse aún más por la falta de algunos fármacos fundamentales, como destaca nuestro lector que pregunta cómo seguir la terapia en espera de la cirugía.
Pedido. Buenos días, estoy en lista de espera para cirugía de trabeculectomía por glaucoma que ya está avanzado a pesar de los fármacos. Mientras esperaba, en el centro de glaucoma de Pisa, me sustituyeron por el tratamiento habitual a base de brimonidina y colirios con tafluprost, un análogo de las prostaglandinas, y timolol, un betabloqueante. En cambio, los médicos me recetaron otro medicamento a base de brimonidina y brinzolamida, además de latanoprost (un análogo de las prostaglandinas) y timolol . Desafortunadamente, los médicos no sabían que el medicamento a base de brimonidina y brinzolamida ya no está disponible y no existe tal cosa. ¿Es posible? ¿Qué asociación de principios puedo encontrar? ¿Es posible utilizar los dos principios activos por separado, es decir, individualmente? Gracias
Respuesta. El glaucoma es una enfermedad ocular que conduce, si no se trata adecuadamente, a una pérdida grave de la función visual caracterizada por la pérdida progresiva de la visión periférica (campo visual) debido al daño progresivo del nervio óptico. En la mayoría de los casos, la enfermedad glaucomatosa se asocia con valores de presión ocular anormalmente altos. La terapia del glaucoma varía en función del estadio de la enfermedad y de su progresión y se basa en el uso de sustancias que, en forma de colirios, reducen la presión ocular, en aplicaciones de láser que favorecen la salida de líquidos del compartimento ocular con la consiguiente reducción de la presión y, en los casos más complicados, en procedimientos quirúrgicos que tengan el mismo fin.
A grandes rasgos, cuando fracasan las dos primeras opciones terapéuticas (colirio y láser) y se evidencia un empeoramiento progresivo de la enfermedad, se recurre a la cirugía. En el caso del lector pareciera que se ha alcanzado la terapia farmacológica máxima tolerable, que aunque oportuna y adecuada, no logra controlar la enfermedad para la cual es imprescindible recurrir a la cirugía. La terapia farmacológica máxima se puede lograr con diferentes combinaciones de medicamentos y la prescrita al paciente es una de las más efectivas. Para suplir la falta de fármacos a base de brimonidina y brinzolamida , y mientras se espera la operación, sería posible mezclar el cóctel de fármacos prescritos de diversas maneras. Sin embargo, para respetar las elecciones farmacológicas del médico, se pueden utilizar los mismos principios activos de la combinación (brinzolamida + brimonidina), presentes en colirios separados, respetando la misma dosis. Evidentemente es aconsejable retrasar la administración de los distintos principios activos al menos 1/2 hora. La terapia será más difícil pero la eficacia será comparable.